Hace apenas algunos días, solía ver mucho el reloj.
Estaba tan obsesionada con la idea de volver a aquella situación rutinaria, tan adictiva.
Era como esperar por meses la llegada de ese momento que tanto soñaba, durante ese (aparente) eterno lapso... Pero nunca volvió....
Y pasaron más que algunas horas, las cuales (al menos para mí) se convirtieron en meses.. Y nunca más llegó el momento tan soñado...
Ahora, comprendí que nunca existió esa actitud, esa intención de reparar el error, sabiendo que existían las herramientas para hacerlo...Sabiendo que no carecía de ninguna de ellas, y que estaba en sus manos, sólo en sus manos, enmendarlo. Y simplemente deshechó la idea, como si nada hubiera sucedido.
Tal vez en su mundo no sucedió. Tal vez fue simplemente una situación poco frecuente, que había que aprovechar, vivirla en el instante, sin tomar en cuenta posibles consecuencias, tan posibles que ya me afectaron de más. Tan posibles y tan conclusas, que ya comienzan a querer ralir de aquí....
Hoy, sin pensarlo siquiera, noté derepente, que no miraba más el reloj... Que no me interesaba ya si los minutos transcurrían lento, o rápido. O si de pronto una leyenda surgía de esa barra azul ... Me di cuenta, de que ya no se aceleraban los latidos al escuchar cualquier sonido proveniente de esos dos prismas rectangulares...
Ya había pasado la emoción, las ganas, la duda, y muchos otros sentimientos( y es que no encuentro otra manera de llamarle a aquello)inconclusos que se habían formado dentro.
No es algo que me cause reacción alguna, positiva, ni negativa. Es triste darse cuenta, de que la felicidad (la mayor parte de mi tiempo) haya sido provocada por un pedazo de materia. Y que la tristeza , la soledad, el sentimiento de la necesidad, sea provocado por falta de la misma.
Triste . Así es como se debe sentir cuando sé que he olvidado lo que me motivaba a ser un poco más paciente.
Es difícil darse el "lujo" de expresar la tristeza. Por eso escribo esto, que sé que no hay alguien que lo pueda comprender.
Y ahí está, este es el momento que tanto esperé por días ... Y ya no tiene sentido. O tal vez sí lo tenga, pero en mí ya no se manifiesta su efecto.
Ya no tiene caso mirar el reloj.
Ahora los segundos pueden pasar sin que los persiga de esa manera tan impulsiva, y tan inútil.
Aunque , sé que esta situación no es única, no es irrepetible, siempre es bueno retomar tu forma original, y habitual.
Mañana será como si volviera un año atrás.